domingo, 26 de septiembre de 2010

Por un puñado de garbanzos.

Hoy quiero cambiar un poco la dinámica compartiendo con ustedes una lectura que nos ayudará a comprender un poco más sobre la entrada anterior (El Desapego), claro siempre contiene la parte la de reflexión.

Cuentan que en la India los cazadores esconden botellas con garbanzos en la selva para atrapar monos. Los monos meten su mano en la botella para sacar los garbanzos, pero, al estar la mano llena y querer sacarla, no sale por la boca de la botella.
Los monos pierden agilidad y velocidad para huir. Pueden soltar los garbanzos y sacar la mano de la botella para salvarse, pero no lo hacen, el mono, ensimismado con el deseo y la ambición de obtener los garbanzos, no ve que en poco tiempo será el menú del cazador.

Cuántas veces en el mundo empresarial somos como esos monos de la India? Tratamos de lograr nuestros objetivos a toda costa, aunque en el camino sacrifiquemos a nuestra familia, a nuestra pareja y, sobre todo, nuestra salud. Lo peor es que basamos nuestra felicidad o miseria en el logro de objetivos. Tener metas es importante; el problema es cuando las metas nos tiene a nosotros, es decir, cuando estamos apegados a los resultados.

Anthony De Mello define el apego como la creencia de que nuestra felicidad depende de personas o aspectos externos a nosotros. Cuando estamos apegados tenemos muchas emociones negativas y miedo de no conseguir los resultados, porque subconscientemente, consideramos que nuestra felicidad depende de ellos. Por ejemplo, cuando queremos ganaren los negocios ; cuando preparamos un informe para el director; cuando llevamos a cabo un evento y queremos que salga perfecto.

No está mal buscar excelencia en lo que hacemos; el problema está cuando creemos que el logro de la meta que buscamos define nuestra paz y tranquilidad.
Desapego no significa desinterés, sino la conciencia de que valemos por lo que ya somos y no por el éxito de alcanzar una meta.

Cuando estamos apegados y no logramos los objetivos, nos molestamos, nos da cólera, sufrimos. Como consecuencia, generamos estrés y éste deteriora la salud de nuestro cuerpo. la pregunta es: ¿vale la pena ?

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