miércoles, 19 de mayo de 2010

La Verdad es Dios.

A Dios no se le puede comprender fácilmente, cada quien le interpreta según su credo, punto de vista o según su conveniencia, pero podemos coincidir en que cualquier cosa que Dios hace se debe al amor ilimitado que nos tiene a nosotros, sus hijos. Algunos no entendiendo esto atribuyen imparcialidad a Dios y se encargan de cuestionar sus propósitos, esto simplemente se debe a la falta de conocimientos. Los verdaderos hijos de Dios no deben de dar lugar a tales dudas, ni debilitar su fe, ante tales casos.
Todos están buscando la forma o tratando de encontrar a Dios físicamente, otros por su lado están probando su existencia y otros simplemente se desviven en su afán por desmentir su existencia. Los científicos por ejemplo utilizan todo tipo de método para declarar que no han encontrado a Dios en ningún lugar, aunque mediante la visión del amor y el poder de la fe, podemos constatar de su presencia y su manifestación en todo lo que existe. Otros por su lado se han enfocado en preguntar si podemos mostrar su existencia, de la forma más simplista les podemos responder, sin la existencia de Él seriamos incapaces de hablar y movernos, porque todos somos la viva reencarnación de Dios, estamos llenos de su divinidad, no hay nada en el mundo que no sea Dios. Para conocer esa divinidad debemos conocer lo sagrado que está dentro de nosotros.
Esto me recuerda una enseñanza Hindú que nos puede ayudar a entender mejor. “Si tienes sal en la boca, no podrás probar algo que es dulce, solo cuando te liberes de ella y te laves la boca, podrás experimentar lo dulce”. Los malos deseos son en este caso la sal, solo al desecharla podremos experimentar la divinidad, despojémonos de cualidades negativas como: la envidia, el odio, la ira, el ego, el apego a las cosas materiales; de esta forma limpiaremos nuestro corazón y podremos conocer lo sagrado que vive dentro de nosotros, tendremos esa visión de amor que nos permitirá ver a Dios en todo lo que existe, tener una vida basada en la fe, podremos reconocer la verdad y la rectitud como el eje de nuestras vidas, como lo mencionaba en la entrada anterior de este blog, este es el principio de vida, la fuerza que sostiene todo nuestro ser y solo así podremos llevar una vida con propósito. Todo lo demás solo nos satisface el momento, nos da alegría como simple emoción fuerte que se termina en un abrir y cerrar de ojos, pero no una felicidad interior que nos da plena satisfacción, la satisfacción de tener a Dios dentro de nuestros corazones.

domingo, 16 de mayo de 2010

La Verdad.

Hoy en día no hay adherencia a la verdad, coqueteamos tan fácilmente con la falsedad, hemos perdido el respeto a la verdad, así como fácilmente hemos prostituido al amor y hoy es un valor olvidado. Consideramos a la rectitud como una cosa irrelevante en el contexto actual. Nos hemos vuelto tan falsos que hasta lo espiritual hemos llegado al colmo de practicarlo como un medio para ganar reconocimiento social, volviéndose en algo más ostentoso que genuino, demostrando que lo que decimos ser no va con nuestro actuar; el apego a lo material y el odio o el egoísmo y la envidia.
Cuando deberíamos tener presente día con día que la verdad es inmutable y eterna, es vital para nuestra existencia, la verdad es Dios, es fuente de riqueza y es que en donde hay verdad hay prosperidad. Debido a la falta de verdad no hay paz ni seguridad en el mundo.
Salgamos de la ignorancia, démonos cuenta que vivir en la falsedad nos lleva a la malaventuranza, llena nuestras vidas de adversidades y es fatal para nuestro enriquecimiento de la conciencia. Es más fácil descargar el peso de llevar la cadena de mentiras por cubrir la anterior, al desterrar la falsedad en la primera.
Cuando no hay verdad las bases de nuestras vidas colapsan, como un edificio con bases débiles. Tengamos siempre presente que la verdad es la fuerza que sostiene a todo el ser.
A todos nos gusta disfrutar de los mejores frutos de la tierra pero sin regar las raíces, reguemos las raíces de nuestras vidas practicando día con día el valor de la verdad, seguir una vida de rectitud es el primer paso para alcanzar los frutos que tanto anhelamos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La Hermandad.

La vida tiene como fin demostrar un ideal al mundo, el que nos ayudará, a que al momento de nuestra partida, dejemos al mundo mejor de cómo le encontramos. Estamos dotados de infinitos poderes, sin embargo, llevamos una vida de ignorancia que no nos permite percatarnos de estos poderes innatos. A pesar de que todos los tenemos solo unos cuantos pueden manifestarlos en los demás, por lo que todos deberíamos hacer esfuerzo para mostrar nuestra divinidad inherente.
Parecemos humanos normales, nos comportamos como si lo fuésemos, a pesar de nuestro infinito poder, cada hombre debe hacer esfuerzo para realizar nuestro interior compuesto por nuestra alma, que está presente en todos. Y es que el alma no tiene una forma específica, pero está llena de amor y bienaventuranza, ella se tiene que realizar y experimentar por cada individuo.
En la coyuntura actual del mundo las personas no son alentadas a practicar la hermandad, las instituciones deberían de ser el vivo ejemplo de hermandad y no estar pensando únicamente por los intereses propios como en la actualidad se acostumbra hacer.
Nos llamamos entre sí hermanos/hermanas, pero debemos estar claros que la mera expresión verbal no es suficiente, debe reflejarse en la conducta. Los estudiantes no deberíamos estar pensando que la educación tiene como fin último el colocarnos en las mejores corporaciones, empresas o altos lugares de la sociedad, su fin debería ser para compartir nuestras habilidades, para compartir nuestro amor con los semejantes y demostrar el ideal de la hermandad. La necesidad en este momento es practicar el ideal de la hermandad, los hermanos deberán conducir sus vidas en forma ideal.
Podremos ser diferentes, tener gustos diferentes, pero el principio de vida es uno y el mismo para cada uno de nosotros.
No hay escases de hermanos ideales en esta tierra, pero si hay algunos que no son capaces de traducir sagrados sentimientos en acciones y de establecer un ideal para compartirlo con los demás. Solo cuando compartimos el amor con nuestro prójimo es que podremos estar en paz con Dios, es cuando podremos experimentar la divinidad.

martes, 11 de mayo de 2010

Primera Entrada.

Este blog esta dedicado a la contribución de la iluminación interior de sus visitantes, con mensajes que enriquezcan su convivencia con sus semejantes, con valores, pero sobre todo, el crecimiento de la fe del individuo. No estoy hablando de ninguna religión en específico, pues debemos de entender que todas son caminos hacia un mismo fin; ni es la creación de nuevas creencias o secta, solo mostrando que existe una estructura de vida diferente a la que estamos acostumbrados a ver como la correcta, o que nos hemos acomodado a validar.