domingo, 16 de mayo de 2010

La Verdad.

Hoy en día no hay adherencia a la verdad, coqueteamos tan fácilmente con la falsedad, hemos perdido el respeto a la verdad, así como fácilmente hemos prostituido al amor y hoy es un valor olvidado. Consideramos a la rectitud como una cosa irrelevante en el contexto actual. Nos hemos vuelto tan falsos que hasta lo espiritual hemos llegado al colmo de practicarlo como un medio para ganar reconocimiento social, volviéndose en algo más ostentoso que genuino, demostrando que lo que decimos ser no va con nuestro actuar; el apego a lo material y el odio o el egoísmo y la envidia.
Cuando deberíamos tener presente día con día que la verdad es inmutable y eterna, es vital para nuestra existencia, la verdad es Dios, es fuente de riqueza y es que en donde hay verdad hay prosperidad. Debido a la falta de verdad no hay paz ni seguridad en el mundo.
Salgamos de la ignorancia, démonos cuenta que vivir en la falsedad nos lleva a la malaventuranza, llena nuestras vidas de adversidades y es fatal para nuestro enriquecimiento de la conciencia. Es más fácil descargar el peso de llevar la cadena de mentiras por cubrir la anterior, al desterrar la falsedad en la primera.
Cuando no hay verdad las bases de nuestras vidas colapsan, como un edificio con bases débiles. Tengamos siempre presente que la verdad es la fuerza que sostiene a todo el ser.
A todos nos gusta disfrutar de los mejores frutos de la tierra pero sin regar las raíces, reguemos las raíces de nuestras vidas practicando día con día el valor de la verdad, seguir una vida de rectitud es el primer paso para alcanzar los frutos que tanto anhelamos.

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